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[dropcap size=small]C[/dropcap]asi nueve de cada diez beneficiarios de Medicare están satisfechos con su cobertura de medicamentos recetados, de acuerdo con una nueva encuesta. Sin embargo, ambos Donald Trump y Hillary Clinton apoyan medidas que debilitarían esta cobertura y privarían a las personas mayores de acceso asequible a los medicamentos.

Los cambios propuestos ponen a riesgo la salud física y financiera especialmente de los hispanos de la tercera edad.

Los hispanos son mucho más propensos que los blancos de desarrollar ciertas enfermedades graves, tales como afecciones hepáticas y diabetes. Y los hispanos beneficiarios de Medicare tienden a tener ingresos significativamente inferiores a los pacientes de Medicare en general.

Es por eso que el programa de medicamentos de Medicare, que también se le conoce como la Parte D, es un salvavidas para las personas mayores hispanas de la nación.  Los inscritos en el programa pueden elegir entre una variedad de planes para medicamentos recetados que ofrecen las compañías de seguro privadas. El gobierno federal ayuda a pagar una gran parte de sus primas.

Esa asistencia alivia sustancialmente la carga económica de las personas mayores pobres que anteriormente no contaban con seguro. Solamente durante el primer año del programa, el número de beneficiarios de bajos ingresos que luchan para sobrevivir se redujo en un 17 por ciento.

“Las personas mayores que gracias a la Parte D pudieron obtener el seguro de medicamentos recetados, redujeron las visitas al hospital en 8 por ciento, que se traduce en un ahorro estimado a nuestro sistema de salud de $1.5 mil millones anualmente”

Los hispanos de la tercera edad que tienen la cobertura de medicamentos de Medicare opinan que les resulta más fácil cumplir con sus regímenes de medicamentos prescritos. Antes de que el programa se creara, se consideraba que los hispanos eran mucho menos propensos a seguir el régimen de medicamentos indicado, lo que aumenta el riesgo de enfermedad para ellos.

En el caso de los medicamentos para afecciones cardíacas, los ancianos hispanos han mejorado su tasa de adherencia a los medicamentos recetados en un 60 por ciento desde que la Parte D se puso en marcha. El programa ha contribuido además a reducir la incidencia de la hipertensión arterial en casi un 6 por ciento.

El Medicare Parte D es uno de los programas de atención de salud más populares en el país. 92 por ciento de las personas mayores dicen que sus planes de la Parte D son fáciles de usar. Ocho de cada diez piensan que sus planes son económicos.

La Parte D, al mejorar la salud de las personas mayores, de hecho también ayuda a controlar el gasto de la salud del país. Las personas mayores que gracias a la Parte D pudieron obtener el seguro de medicamentos recetados, redujeron las visitas al hospital en 8 porciento, que se traduce en un ahorro estimado a nuestro sistema de salud de $1.5 mil millones anualmente, de acuerdo con las investigaciones de los investigadores de las Universidades de Illinois y de Johns Hopkins.

Gracias a su estructura competitiva, la Parte D ha logrado mantener los costos bajos sin por eso comprometer la calidad de la cobertura. Por diseño, las aseguradoras deben competir para ofrecer pólizas más asequibles para las personas mayores. Estas aseguradoras negocian con las empresas farmacéuticas para fijar precios razonables para los medicamentos.

Los principales candidatos presidenciales, sin embargo, quieren reemplazar estas negociaciones del sector privado con dictámenes federales sobre costos.

Los partidarios de este cambio sostienen que las negociaciones del gobierno reducirán aún más los costos. Sin embargo, no hay evidencia que respalde esta afirmación. De hecho, los economistas de la Oficina de Presupuesto del Congreso, la “CBO”, por sus siglas en inglés para Congressional Budget Office, predicen que la intromisión federal sólo podría ahorrar dinero si los funcionarios del gobierno restringen el acceso a medicinas de vanguardia. Tal como lo explica la CBO, las negociaciones del gobierno,  dentro de ese plan de medicamentos, conllevan “la amenaza de que no se permita que el fármaco se prescriba o que se impongan limitaciones para lo que se prescriba.”

En otras palabras, la propuesta limitaría severamente el acceso de las personas mayores hispanas a ciertos medicamentos.

Medicare Parte D es un salvavidas para la salud de la comunidad hispana. Tanto nuestros representantes como los candidatos políticos, deben luchar para proteger este valioso programa, en vez de deshacerlo.

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